Robert Pattinson, según admite él mismo, es "bastante romántico" en lo que respecta a la decoración. Entonces, cuando empezó a pensar en el sofá de sus sueños, se encontró fantaseando con un mueble sin muchas líneas duras. Algo que la gente pudiera abrazar, que también los abrazaría. Tuvo algo de tiempo libre después de terminar el rodaje de la película The Batman (2022), e hizo algunos garabatos.
"Comencé a dibujar muebles que pensé que harían que la gente interactuara de una manera lúdica e informal", le cuenta a AD. “Todos tenían elementos desproporcionados y de gran tamaño que eran bastante divertidos. Y en el proceso de hacer algunos modelos de arcilla, descubrí que las curvas orgánicas superpuestas tenían un efecto similar”. Fuente 👉 architecturaldigest
Una vez que profundizó en el proceso de diseño, la estrella de Crepúsculo dio un paso atrás y se dio cuenta de que su creación, con sus curvas superpuestas y sus suaves apéndices en forma de lóbulos, se parecía mucho a una oreja. Para un sofá destinado a fomentar conversaciones íntimas y al mismo tiempo ser un tema de conversación innovador, todo era perfectamente meta. Comenzó a trabajar con la diseñadora Nicole Gordon , quien había decorado dos de sus casas y había realizado algunos trabajos en la casa de sus padres en Londres. "Rob quería una pieza en la que uno pudiera acurrucarse para leer", le dice a AD, "pero que también fuera lo suficientemente resistente y estable como para que varias personas pudieran sentarse en una fiesta".
La pareja tomó sus modelos de arcilla e hizo representaciones en 3D, y finalmente llegaron a un plano. Trabajaron con el arquitecto diseñador Andrea Cadioli para construir un marco de madera cubierto de muselina y comenzaron a modificar y masajear la forma con la tapicera Claudia Bracamontes. Como Pattinson quería un efecto “flotante”, dice Gordon, “la parte técnica más desafiante fue diseñarlo para que realmente pudiera sostener a las personas y no se cayera. Así que construimos este marco de metal dentro de la carcasa del sofá que te permite poner 350 libras en cada uno de esos brazos flotantes”.
Pattinson también quería un toque de contraste para la base del sofá, así que escogió una losa de ónix rosa en el patio de piedra y tallaron la losa para que coincidiera con la curvatura de la base. También incorporaron bandejas de bebidas de ónix rosa en cada reposabrazos.
La mayor lucha, dice Gordon, fue elegir la tela. “Tengo un labrador color carbón llamado Mason”, dice, “y Rob dijo: '¡Quiero que se parezca al pelaje de Mason!' Entonces comenzamos a buscar grises y pieles de oveja. Pero luego dijo: 'No, en realidad, quiero más estilo strié'”. Al final, terminó eligiendo un terciopelo de lino blanco de Otis Textiles. Una vez que el sofá estuvo completo, Gordon animó a Pattinson a vender una serie limitada en alguna parte.
Quería mostrárselo a Joel Chen, propietario de JF Chen en Los Ángeles. Chen quedó encantado con lo que vio. "Me asombró el diseño algo complicado", le dice Chen a AD. “El sofá es completamente único y el fuerte sentido de Rob para las formas angulares interpretadas a partir de objetos cotidianos es increíble. Este es el primer prototipo de una serie limitada que está haciendo y ciertamente pertenece a JF Chen, donde nos sumergimos en artistas prometedores”.
El sofá original de Pattinson ahora está en exhibición en JF Chen, que vende seis de las piezas hechas a pedido. En cuanto a Pattinson, la existencia del sofá es un nuevo indicador de lo lejos que ha llegado. Cuando se le pide que recuerde el peor sofá que ha tenido, su respuesta es apropiadamente antitética.
"Lo que menos me gusta también podría ser mi más favorito", reflexiona Pattinson. “Hubo un tiempo en el que el único mueble que tuve durante unos seis meses fue un bote inflable que hacía las veces de sofá, cama y mesa de comedor. Me gustó mucho pero me causó muchos problemas de espalda”. El barco era malo para la espalda, tal vez, pero tenía al menos una cosa en común con el nuevo sofá de Pattinson: es un fabuloso tema de conversación.
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